El sector alimentario es uno de los pilares fundamentales de la salud pública, y garantizar la calidad de sus productos es una prioridad indiscutible. En este contexto, el cumplimiento del Real Decreto 487/2022, que establece los requisitos sanitarios para la prevención y control de la Legionella, es esencial. Esta normativa exige que las empresas del sector alimentario realicen controles exhaustivos del agua en sus instalaciones, y la formación adecuada de los empleados en estas labores es una condición imprescindible para asegurar un cumplimiento efectivo y minimizar los riesgos sanitarios.
¿Por Qué es Tan Importante la Formación en Legionella para el Sector Alimentario?
El Real Decreto 487/2022 introduce una serie de exigencias que implican no solo la implementación de muestreos de agua, sino también una titulación homologada para el personal que debe llevar a cabo estas labores. En Saveforce capacitamos a los empleados que trabajan con instalaciones que utilizan agua—como torres de refrigeración, sistemas de aire acondicionado industrial, almacenes frigoríficos, y otros, cuenten con las competencias necesarias para realizar controles efectivos. Esta formación cubre desde los principios de la química del agua hasta los métodos específicos para muestreos, análisis y desinfección de Legionella, así como el uso de biocidas de forma segura.
Esta preparación es crucial, ya que una detección y respuesta tempranas a cualquier presencia de Legionella no solo previene posibles brotes que afecten la salud pública, sino que además protege la integridad de los productos, evitando contaminaciones y asegurando la calidad final que llega al consumidor. Si deseas más información puede llamarnos al 911 86 08 13
La Tabla de Frecuencia de Muestreos y su Importancia
El Real Decreto establece frecuencias de muestreo específicas para distintas instalaciones. Esta tabla de frecuencia clasifica los muestreos en intervalos diarios, semanales, mensuales y anuales, según el tipo de instalación y su riesgo asociado. Las empresas deben revisar este esquema para garantizar que sus prácticas de muestreo se ajusten a las pautas de la normativa, que busca un control constante de las instalaciones susceptibles de albergar bacterias de Legionella.
Esta tabla no solo define el cuándo, sino que establece los puntos específicos donde deben tomarse las muestras, como puntos terminales o puntos de emisión de aerosoles. Llevar a cabo estos muestreos no es solo una formalidad; es una estrategia preventiva que reduce significativamente los riesgos de proliferación bacteriana y ayuda a mantener el agua de las instalaciones en condiciones seguras y óptimas.
Evidencias de la Necesidad de Cumplimiento en el Sector Alimentario
En el sector alimentario, el control de la Legionella adquiere una relevancia especial, ya que esta bacteria puede afectar a los productos y, eventualmente, a los consumidores finales. Las instalaciones de agua en empresas de alimentos, como las torres de refrigeración y los sistemas de climatización industrial, generan aerosoles y, por tanto, presentan un riesgo significativo de dispersión de Legionella. En este sentido, las torres de refrigeración y condensadores evaporativos son instalaciones que, si no se controlan adecuadamente, pueden convertirse en focos de propagación de bacterias a través del aire. Este riesgo puede tener efectos devastadores no solo para la salud de los empleados y clientes, sino también para la reputación y viabilidad económica de la empresa.
Empresas de producción de alimentos y bebidas, por ejemplo, pueden sufrir paradas operativas y retiradas de productos si se detecta contaminación de Legionella en sus instalaciones. Además, aquellas que cuentan con almacenes frigoríficos, sistemas de aerosolización o aire acondicionado industriales deben observar controles aún más estrictos, dado que la bacteria encuentra condiciones de proliferación ideales en estos entornos húmedos y refrigerados.
Invertir en formación y seguir las frecuencias de muestreo y análisis indicadas es una estrategia de valor incalculable que refuerza la confianza del consumidor y protege la salud de todos los involucrados en la cadena alimentaria.